Llueve, ¿y ahora qué?

Ideas para no caer en el aburrimiento cuando el tiempo no acompaña

Últimamente salir de casa se está convirtiendo en toda una proeza. Y es que el pack manta-sofá-Netflix le está ganando la batalla a la tediosa combinación de paraguas-chaquetón-bufanda-guantes. Pero todo (o casi todo) tiene remedio y el invierno bilbaíno no iba a ser una excepción.

Aquí tienes una lista de lugares que bajo la lluvia se vuelven aún más acogedores y de los que no querrás salir nunca. Lugares que, por alguna misteriosa razón, destilan una atmósfera relajada y que llaman a disfrutar de una merendola entre semana o un brunch dominguero.

Txocook. Sus mesas de madera de roble tienen vistas a la ría de Bilbao y son perfectas para tomar simplemente un café o montarte tu propio brunch, ya que la cocina está abierta casi todo el día. En su carta no verás la palabra “desayuno” pero tampoco se echa en falta: sus estupendos pintxos harán que te olvides de todo lo demás. Un consejo: no dejes pasar la oportunidad de probar un buen txakolí vizcaíno.

Charamel. Esta cafetería-pastelería de aires bohemios lleva dos años abierta y ya se ha convertido en todo un clásico. Podrás degustar desde pasteles locales como el bollo de mantequilla o el relámpago hasta dulces árabes o hindúes. Es como el salón de tu casa pero con una despensa infinita de tartas y dulces hechos con mucho mimo. Mi combinación preferida: brioche con chocolate caliente.

Basquery. Es primo hermano del Txocook y no sabría muy bien qué adjetivo usar para definirlo. ¿Una cafetería cool? ¿Un bar de altos vuelos? ¿O todo a la vez? Difícil, la verdad. Y es que un sitio con obrador propio en el que hacen su cerveza, venden productos delicatessen y preparan unos sándwiches para morirse es difícil de encasillar. Aunque tal vez estén huyendo precisamente de eso, quién sabe. La cuestión es que ofrecen un brunch estupendo y para mi cumple alguien que me conoce muy bien reservó una mesa para dos. Y me gustó. Mucho. Todo.

Cinnamon. La primera vez que entres te preguntarás si has llegado a una cafetería o a una tienda de muebles vintage. Las dos respuestas parecen posibles pero en cuanto pruebes su súper sándwiches acompañados de sus maxi ensaladas ya no dudarás. Y si decides terminar con un trozo de pastel casero querrás quedarte a vivir. Su brunch de los sábados también es muy recomendable.

En fin, parece que hay vida más allá del xirimiri…

P.D: Puesto que el invierno parece que no tiene intención de marcharse de Bilbao, se aceptan sugerencias sobre lugares cosy chic (o sea, bonitos y agradables) en los que cobijarse de la lluvia.

 

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